INTRODUCCIÓN
El síndrome de Haglund fue descrito, en 1928, por Patrick Haglund, como una asociación entre la tendinitis aquílea, la bursitis retrocalcánea y la deformidad de Haglund, que es una exostosis posterosuperior del calcáneo. Esto se suele manifestar como un síndrome de atrapamiento tendinobursal del talón con bulto en el retropié y dolor1.
CASO CLÍNICO
Se presenta el caso de una mujer, de 46 años, con dolor retrocalcáneo y un bulto doloroso y enrojecido en el talón derecho, de 1 mes de evolución, que le impide caminar sin cojear, sin antecedente traumático. La paciente era usuaria de tacón alto y realizaba actividades deportivas con zapato ajustado. En la exploración se aprecia un bultoma duro, eritematoso y doloroso a la palpación en la región aquílea del pie derecho (figura 1).
Se realiza una radiografía lateral del pie y se aprecia una tuberosidad posterosuperior del calcáneo, con muesca posterior y espolones calcáneos plantares bilaterales (figura 2). Se realizó una ecografía regional para ampliar el estudio, evidenciándose una tendinopatía insercional aquílea, una bursitis retrocalcánea y una bursitis retroaquílea, además de una prominencia ósea posterosuperior del calcáneo (figura 3).
La paciente realizó un tratamiento conservador con antinflamatorios no esteroideos (AINE), frío local y calzado cómodo y blando en la parte del talón durante meses, y una posterior infiltración local con corticoide y anestésico que mejoró la sintomatología.
A la vista de las pruebas clínicas y radiológicas se diagnosticó de síndrome de Haglund.
DISCUSIÓN
El síndrome de Haglund tiene una etiología poco clara. Se ha relacionado con tensión en el tendón de Aquiles, arco plantar alto o factores hereditarios2. El factor predisponente más común es el uso de calzado ajustado, aunque lo puede favorecer cualquier situación que favorezca la fricción entre el tendón aquíleo y el hueso. Puede estar relacionado con una irritación crónica de la bursa retroaquílea contra la tuberosidad calcánea que hace que esta aumente de tamaño y, a su vez, provoca una mayor irritación de la bursa retroaquílea y el tendón aquíleo, aunque no está claro3.
Afecta normalmente a personas de mediana edad, es más común en mujeres que en hombres por el uso de tacones, con acortamiento de músculo tríceps sural, y por el uso de zapato ajustado, el ejercicio físico y el pie cavo. Esta entidad suele ser bilateral2.
El diagnóstico se basa en la historia clínica y los hallazgos en la exploración física, aunque se puede completar con pruebas de imagen. Inicialmente se puede solicitar una radiografía lateral de tobillo y una ecografía, sin embargo, en casos dudosos se puede ampliar el estudio con resonancia magnética. En la radiografía de tobillo se puede encontrar una prominencia ósea en la región posterosuperior del calcáneo (deformidad de Haglund), inflamación de la bursa calcánea y, a veces, calcificación del tendón de Aquiles en su lugar de inserción2.
Se han descrito múltiples parámetros radiográficos para diagnosticar este síndrome, pero muestran poca especificidad. Un artículo publicado en 2018 propone medir la longitud del calcáneo (X) y la de su tuberosidad (Y), ya que en su estudio encontraron diferencias estadísticamente significativas entre los pacientes con síndrome de Haglund (con una ratio X/Y menor) y el grupo control. Según sus resultados, esta medida es más específica y sensible que las utilizadas tradicionalmente4.
El diagnóstico diferencial debe realizarse con la fascitis plantar, en la cual no existen las alteraciones nombradas en la eco; la avulsión del tendón aquíleo, que puede producir un arrancamiento posterior del calcáneo; la artritis gotosa, por la presencia de cristales de ácido úrico en el líquido sinovial al microscopio; la artritis reumatoide (poliarticular y simétrica con elevación de reactantes de fase aguda) y algunas entesitis como el síndrome de Reiter (artritis aséptica, desencadenada por infección gastrointestinal, genitourinaria, uveítis y puede asociar HLA-B27+)2,3.
El tratamiento conservador suele ser efectivo en la mayoría de los casos, motivo por el cual esta lesión es habitualmente subsidiaria de ser diagnosticada y atendida en Atención Primaria (AP), recomendando calzado cómodo, evitando los zapatos ajustados o con tacón alto. Se pueden utilizar ortesis con elevación del talón en caso de arco plantar alto, antinflamatorios orales, ejercicios de estiramiento, fisioterapia e infiltraciones peritendinosas con corticoides en casos refractarios1,2.
Si el tratamiento conservador no es efectivo, debe plantearse una opción quirúrgica, como la descompresión retrocalcánea o la osteotomía calcánea. Suele ser necesario resecar el hueso, aunque si se hace de manera inadecuada pueden volver a aparecer los síntomas2.
El síndrome de Haglund es una causa común de dolor en el retropié poco conocida y que, en la mayoría de los casos, puede ser manejada, diagnosticada y tratada en la consulta de AP, por lo que es interesante que la tengamos en cuenta cuando un paciente afirma tener un bulto doloroso en el talón. Reivindicamos el uso de la ecografía en las consultas por su utilidad también en este síndrome, que evita la derivación innecesaria a atención hospitalaria y el manejo por los profesionales de AP.