INTRODUCCIÓN
El japonés Kenzo Kase desarrolló el kinesiotape (KT) en la década de los setenta del siglo pasado, que consiste en una venda elástica con alta capacidad para elongarse longitudinalmente. A diferencia de otras técnicas de vendaje (como el vendaje funcional), el objetivo principal del KT no es restringir el movimiento, sino que fue diseñado para proporcionar soporte mecánico a los tejidos blandos y articulaciones. Desde entonces, su popularidad ha crecido de manera notable hasta su aplicación en diferentes especialidades médicas (1-3).
Las principales aplicaciones del KT se centran en el sistema musculoesquelético (4,5), pero se fue expandiendo hacia otros campos, como la neurología o la reumatología. Sin embargo, pese a su utilización creciente en la práctica clínica, no existe suficiente evidencia científica que respalde su uso en todos los ámbitos (6). Por este motivo, se siguen investigando los efectos que se le atribuyeron en sus orígenes, por lo que actualmente no se han aclarado sus usos y efectos teóricos (2,6,7).
En lo referente a sus características, las vendas de KT están diseñadas para imitar el grosor, la densidad y la flexibilidad de la piel. El KT está confeccionado 100 % en algodón, lo que favorece la evaporación y el secado rápido. A su vez, esta cualidad permite un uso prolongado, normalmente de 3 a 5 días. El adhesivo acrílico hipoalergénico se aplica en forma de eses alargadas, también denominadas líneas dactilares, se activa mediante el calentamiento de la venda por fricción (“activación del vendaje”). Debe tenerse en cuenta que la venda se encuentra adherida a un papel protector con una tensión inicial del 25 % (4,5). En la figura 1 se muestran las características de la venda de KT.
Los diferentes objetivos terapéuticos que se plantean con el KT requieren de parámetros de aplicación específicos, como son: tensión, dirección de la colocación y corte de la venda (4,5). Los colores de la venda, a pesar de ser llamativos, no proporcionan diferentes efectos terapéuticos, porque las propiedades mecánicas son iguales (6).
Cuando la venda de KT se aplica sobre la piel genera pliegues cutáneos que al elevar la piel provocan efectos sobre el sistema circulatorio y linfático. Este efecto, provoca una disminución de la presión intratisular y un aumento de la microcirculación. Esto se debe a que la elevación incrementa el espacio celular subcutáneo. Por último, se produce una diferencia de presiones entre el área vendada y los tejidos adyacentes, por lo que se facilita la circulación linfática y venosa. De forma asociada, también aparece una descompresión de los nociceptores, que alivia el dolor (5,8).
Las aplicaciones de KT dirigidas al sistema circulatorio y linfático se podrían utilizar en las diferentes patologías que cursen con edema, como en el linfedema, la insuficiencia cardíaca o la insuficiencia venosa crónica (9).
Por otra parte, la insuficiencia venosa crónica (IVC) incluye una amplia variedad de afecciones venosas, en las que se aprecia principalmente una alteración del retorno venoso como consecuencia de una incompetencia valvular o anormalidades de las paredes de las venas. Sus principales signos y síntomas en los miembros inferiores comprenden dolor, pesadez, hinchazón o prurito, a lo que se le asocia una sensación de malestar general. La población más afectada por esta patología son las mujeres y las personas de edad avanzada. También se asocia al embarazo, la obesidad, la inmovilidad y las comorbilidades (10-14).
Se calcula que el 90 % de la bibliografía sobre KT estudia el campo osteoarticular, y destaca el raquis como la región más analizada. Además, un 5 % se corresponde con el área de neurorrehabilitación y otro 5 % con el sistema linfático (15). Actualmente no existe evidencia suficiente acerca del KT en el sistema venoso ni un consenso en cuanto a los aspectos básicos de la técnica, pese a la elevada influencia sobre la circulación sanguínea de los efectos fisiológicos que se describen. Por otro lado, la mayoría de los estudios realizados poseen baja calidad metodológica y no analizan los beneficios a largo plazo. Además, los efectos del KT se han asociado al efecto placebo (16-18).
Por tanto, el objetivo de este trabajo consistió en realizar una revisión sistemática actualizada que analice los distintos tipos de aplicaciones existentes de KT, con la finalidad de conocer su eficacia sobre la circulación venosa.
MATERIAL Y MÉTODOS
Estrategia de búsqueda
La presente revisión sistemática se llevó a cabo siguiendo las directrices de la declaración PRISMA (Preferred Reporting Items for Systematic reviews and Meta-Analyses). Se realizó una búsqueda bibliográfica en los meses de febrero y marzo del año 2023, en las siguientes bases de datos: PubMed, Scopus, Cinahl, SPORTDiscuss, Medline, Cochrane Library, Physiotherapy Evidence Database (PEDro), Dialnet, ENFISPO y Web of Science (WOS).
En las búsquedas se seleccionaron los descriptores atendiendo a los temas tratados en esta revisión. Las ecuaciones utilizadas en cada base de datos se muestran en la tabla I.
Criterios de selección
Los criterios de inclusión para la selección de artículos en las diferentes bases fueron:
– Que el tipo de estudio fuese un ensayo clínico aleatorizado (ECA).
– Que dichos estudios tuviesen como principal objetivo analizar los efectos del KT en la IVC.
Por contra, se han excluido:
– Aquellos estudios escritos en otro idioma diferente al inglés o español.
– Otro tipo de estudios o publicaciones, como tesis doctorales.
Para eliminar artículos duplicados, para su posterior selección se utilizó un gestor bibliográfico (Mendeley Reference Manager v2.97.0 para Windows).
Análisis de la calidad metodológica y evaluación del riesgo de sesgo
Para analizar la calidad metodológica de los ECA seleccionados se empleó la escala PEDro (19). También se emplearon los criterios Van Tulder con el fin de concretar los niveles de evidencia científica que poseían los ECA seleccionados para la revisión sistemática (20).
Finalmente, se evaluó el riesgo de sesgo a las investigaciones seleccionadas según las indicaciones de la Colaboración Cochrane (21).
Para el análisis del riesgo de sesgo anteriormente descrito y su representación se empleó la herramienta de visualización robvis (22) (disponible en: https://www.riskofbias.info/welcome/robvis-visualization-tool).
RESULTADOS
La búsqueda proporcionó 185 artículos en total: 8 en PubMed, 42 en Scopus, 16 en WOS, 11 en Cinahl, SPORTDiscuss y Medline, 83 en Cochrane Library, 20 en PEDro, 2 en Dialnet y 3 en ENFISPO. De estos 185 artículos, y después de varios cribados, finalmente se incluyeron 4 publicaciones para responder al objetivo de esta revisión (23-26).
El proceso de selección de los estudios se representa en el diagrama de flujo según la normativa PRISMA 2020 (27) (Fig. 2).
En cuanto a las características de la muestra (Tabla II), se evalúan sujetos con insuficiencia venosa crónica leve o moderada en la totalidad de los estudios (23-26). En 3 de ellos (23,24,26) se trata además de forma íntegra, de mujeres posmenopáusicas, mientras que en el sobrante se contó con ambos sexos (25). En la figura 3 se muestran diferentes aplicaciones de KT empleados en los estudios (descritos en la tabla II).
GE: grupo experimental; GC: grupo control; IVC: insuficiencia venosa crónica; ROM: rango de movimiento; KT: kinesiotape.
El tamaño muestral fue superior a 100 en 3 artículos (23,24,26). El número total de sujetos evaluados fue de 435.
Las variables medidas entre todos los artículos están resumidas en la tabla III.
IVC: insuficiencia venosa crónica; ROM: rango de movimiento; GE: grupo experimental; GC: grupo control; EVA: escala visual analógica; MMII: miembros inferiores; 6MWT: prueba 6 minutos marcha; SF 36: Short Form 36; ↓ : disminución significativa.
Como se refleja en la tabla III, en los artículos en los que se comparó la eficacia de un tratamiento con KT con un tratamiento placebo, el grupo experimental demostró mejoras en casi todas las variables medidas con respecto al grupo control. Por otra parte, en estos estudios el dolor también disminuyó en los grupos control (23,24,26). Sin embargo, en el único estudio que coteja la efectividad del KT con un tratamiento alternativo, en este caso las medias de compresión, existen mayores mejoras para el último grupo (25).
La media obtenida de la evaluación de la calidad metodológica según la escala PEDro fue de 8,5. En la tabla IV se muestran los resultados desglosados para el cumplimiento de los criterios de la escala PEDro para cada artículo.
Para evaluar el riesgo de sesgo se siguieron las recomendaciones de la Colaboración Cochrane (21). Los sesgos menos presentes en los estudios incluidos en esta revisión fueron el de selección y el de detección, por existir bajo riesgo en los ítems D1, D2 y D4 para todos los artículos (23-26). Por el contrario, el sesgo más prevalente es el de desgaste, y se encontró un riesgo elevado de pérdidas durante el seguimiento en el 75 % de los artículos (23,24,26).
En la figura 4 se representa la evaluación del riesgo de sesgo gráficamente de manera individualizada para cada estudio (22).
DISCUSIÓN
Los principales resultados obtenidos en la presente revisión bibliográfica indican que la aplicación de KT podría proporcionar mejoras significativas en alguno de los síntomas presentes en la IVC, en comparación con un tratamiento placebo con KT. Sin embargo, no se puede concluir que resulte más eficiente frente a otros tipos de abordajes utilizados en IVC.
La variable más estudiada fue el dolor (23,24,26). En los 3 estudios (23,24,26) que comparan la aplicación del KT con un tratamiento placebo, se obtiene una reducción significativa del dolor tanto en el grupo experimental como en el control. Esto manifiesta la posibilidad de un efecto placebo, producido por la sensación de confianza y seguridad secundaria al hecho de recibir un tratamiento, reforzado con el input visual de la venda (28). Aunque otros abordajes de IVC muestran resultados similares —o peores— cuando se compara con placebo (29), lo que pone en manifiesto la dificultad de evaluar dicho efecto.
En el estudio realizado por Ceniza y cols. (30), se comparaba la eficacia del KT frente a un tape convencional de esparadrapo. En la medición del dolor se obtuvieron cambios estadísticamente significativos y clínicamente relevantes en ambos grupos. Estos materiales poseen distintas composiciones y diferentes propiedades, ya que el tape convencional es inelástico, por lo que no puede aumentar el espacio subcutáneo (no genera circunvoluciones), lo que podría indicar que el KT tiene una función de efecto placebo en el tratamiento del dolor.
Por otro lado, en la mayoría de los estudios (24,26) se observó una mejora de la sintomatología venosa y de la gravedad de la IVC. Sin embargo, dicho progreso se asocia al aumento de la actividad electromiográfica de los músculos gastrocnemios (24). El efecto del KT sobre la modulación de la actividad eléctrica de la musculatura fue observado previamente (31,32).
En la pierna, la acción muscular de los gastrocnemios tiene una importante repercusión en el vaciado y el retorno venoso (33). En el estudio de Ovelar y cols. (33) se observó, mediante imágenes ecográficas, que la contracción de la musculatura de los miembros inferiores provoca disminución del diámetro venoso y un aumento del flujo tanto en la flexión plantar como dorsal del tobillo.
En un reciente estudio, llevado a cabo por Li y cols. (34), se evidencia una mayor velocidad de flujo de la vena femoral con varios tipos de ejercicios activos de tobillo, en contraste con la realización de los mismos movimientos de forma pasiva.
Por lo tanto, el KT podría actuar por medio de su efecto sobre la musculatura, ya que se observó que aumenta la resistencia muscular de los gemelos (35). En esta investigación se propone que el KT podría estimular el sistema nervioso autónomo, lo que conllevaría a una mejora del flujo sanguíneo intramuscular y del drenaje linfático (35).
En cuanto a la variable de la calidad de vida, se obtienen resultados contradictorios, ya que en algunos estudios no se describen cambios (24,25), mientras que en otros se observó una mejora significativa (23). La disparidad de resultados puede derivar del uso de diferentes cuestionarios. Según Geraldo y cols. (36), las variantes CIVIQ-20 y CIVIQ-14 son altamente fiables para la evaluación de la calidad de vida de pacientes con IVC, independientemente de la gravedad de esta. Sin embargo, otros cuestionarios, como el Venous Insufficiency Epidemiological and Economic Study - Quality of Life (VEINESQoL) o el Aberdeen Varicose Vein Questionnaire (AVVQ), resultaron tener una validez dudosa o inadecuada consistencia para analizar correctamente el grado de calidad de vida en estos pacientes. Del mismo modo, el cuestionario SF-36 (37) podría resultar un instrumento demasiado genérico para medir la calidad de vida relacionada con la salud en una población tan determinada.
En relación con la ausencia de efecto del KT sobre el rango de movimiento (ROM) en pacientes con IVC (24), se puede asociar a las variables demográficas de la muestra (mujeres posmenopáusicas) y a la propia evolución del IVC (mayor desorganización en tejido conectivo) (10,14).
Estudios previos que analizaron el efecto del KT sobre edema, dolor y ROM en la rodilla observaron efecto sobre todas las variables, a excepción del ROM (38). El efecto sobre esta variable aún debe ser dilucidado.
Asimismo, se obtienen resultados contradictorios en cuanto a la reducción del edema. En un artículo (24) no se obtienen cambios significativos, mientras que en otros dos existe una reducción volumétrica (23,26). Los resultados se explican en función de la aplicación del KT realizada, ya que los resultados significativos se observaron con una aplicación compresiva del KT (23,26). Sin embargo, el KT no suele aplicarse con componente compresivo (4,5). Habitualmente se realiza un corte en abanico (Fig. 3E) o tiras finas que tienen como objetivo un drenaje en sentido craneal (39).
El análisis de la eficacia del KT frente a otras técnicas está limitado por el reducido número de artículos incluidos. Solo 1 de los 4 artículos incluidos en la revisión (25) contenía un tratamiento comparativo, en este caso las medias de compresión, tratándose además de la técnica gold standard para el tratamiento de la IVC. Sin embargo, este artículo es el que posee menos puntuación en la escala PEDro y, por lo tanto, menos validez y fiabilidad en cuanto a sus resultados.
Además de las medias de compresión, que constituyen la base de todo tratamiento conservador de la IVC, se plantean como terapias coadyuvantes el drenaje linfático manual y los flebotónicos, entre otros (40). Por este motivo, se deberían realizar futuros estudios para compar estos tratamientos.
Las medidas compresivas son una estrategia en la IVC. La compresión tiene como función primordial neutralizar la fuerza de la gravedad, ya que esta se opone al retorno venoso y linfático de los miembros inferiores, favoreciendo el reflujo y agravando el cuadro clínico de la IVC. Dicha presión se puede transmitir mediante un agente externo (vendas o medias) o interno (la contracción muscular, que provoca un aumento de la tensión que causan los vendajes) (41). En contraposición, en el KT no se describe un efecto compresivo directo. En relación con la IVC, las aplicaciones que se describen tienen como objetivo incrementar el flujo venoso y linfático, así como provocar activación muscular (4-6). Por esto motivo, resultaría necesario complementar el KT con otra medida compresiva.
En lo referente al número de artículos incluidos en esta revisión, este es reducido aun sin aplicar ningún filtro en la búsqueda (exceptuando el de ECA). Esto indica que es un tema poco investigado a lo largo de los años y que requiere más estudios, hecho que se corrobora con la fecha de la primera publicación sobre este tema (2013) (24), ya que es una investigación relativamente reciente. A esto se le añade que la mayoría de los artículos (23,24,26) pertenecen al mismo grupo de investigación.
También, como se citó anteriormente, se limitó la búsqueda a ECA. Este tipo de estudio es el más indicado para evaluar la efectividad de una intervención clínica, permitiendo un control relativo de los sesgos y el conocimiento de la magnitud de los efectos de los tratamientos de estudio sobre los sujetos (42). A pesar de esto, sería de interés realizar otro tipo de investigaciones que puedan aportar nueva información.
Desde la fisioterapia, son múltiples las técnicas que pueden favorecer el alivio de los síntomas de los pacientes con IVC, fomentando la cicatrización de úlceras, mejorando la función muscular y la movilidad del tobillo, así como reduciendo el edema (40). Una de ellas serían las técnicas miofasciales, que, en el estudio de Ramos y cols. (43), et al. demostraron mejoras significativas en cuanto a la velocidad del flujo venoso, el dolor o la presión diastólica, entre otros. Por otra parte, la hidroterapia probó ser eficiente en estos pacientes, acelerando el retorno venoso, movilizando el líquido extracelular y, por lo tanto, reduciendo el edema (44). Además, es un ambiente idóneo para contextos donde la patología coexiste con otras comorbilidades, como la obesidad, ya que el efecto de la flotación contribuye a incrementar la movilidad y la actividad física (44). Por último, un programa de diversos ejercicios activos (ejercicios resistidos con theraband, ejercicios de estabilidad, caminar en cinta, etc.) también evidencia beneficios significativos en cuanto al ROM, la fuerza muscular, la intensidad del dolor y la velocidad de retorno venoso (45).
Las principales limitaciones de la presente revisión bibliográfica se exponen a continuación. En primer lugar, la duración de los estudios incluidos es reducida. Todas las intervenciones se llevan a cabo durante 4 semanas y no se obtienen mediciones posteriores, por lo que no se conocen los efectos del KT a largo plazo. En cambio, sí existen investigaciones (46,47) que estudian el efecto de las medias de compresión a largo plazo, entre 1 y 3 años, proporcionando resultados favorables. Por tanto, sería interesante valorar el KT en períodos de tiempo más dilatados.
Otra de las principales limitaciones de esta revisión radica en la heterogeneidad de los estudios incluidos, ya que se emplean diferentes aplicaciones y cortes de la venda KT, por lo que es difícil estandarizar una aplicación y comparar los resultados.
Siguiendo los criterios Van Tulder (20), la evidencia científica general publicada acerca de los efectos del KT en la IVC resulta contradictoria. Esto se debe a que en los diferentes ECA, que cuentan con alta calidad metodológica, múltiples variables muestran efectos opuestos.
Con respecto al efecto del KT en la disminución del dolor se aprecia evidencia sólida, ya que se observaron mejoras en 3 estudios (23,24,26), todos de elevada calidad metodológica.
Por otro lado, se encuentra evidencia contradictoria sobre la eficacia del KT para la sintomatología venosa, debido a que en 2 artículos (24,26) mejora la hinchazón, la sensación de pesadez y la claudicación, entre otros, mientras que en la investigación de Naci y cols. (25), no existe mejora en las mediciones del edema de miembros inferiores.
Asimismo, respecto a la calidad de vida también existe evidencia contradictoria, puesto que no aparecen cambios en 1 estudio de elevada calidad metodológica (24), mientras que en otros 2 (23,25)(23,25) se aprecian mejoras significativas.
En cuanto a la función de la bomba venosa, la evidencia es moderada, ya que mejora en 1 solo ECA de elevada calidad metodológica (26).
En próximas investigaciones, se precisaría una estandarización de los parámetros de aplicación del KT, así como establecer las consecuencias del efecto placebo en cuanto al dolor. También sería interesante llevar a cabo estudios más duraderos, que analicen los efectos del KT a largo plazo, además de compararlo con diferentes técnicas de tratamiento que favorezcan la mejora de la IVC, como el ejercicio o la hidroterapia.
CONCLUSIÓN
Actualmente, la evidencia general del efecto del KT en la IVC es contradictoria. Existe evidencia sólida sobre los efectos positivos del KT en la intensidad y distribución del dolor, los síntomas venosos, la calidad de vida y la función de la bomba venosa en los pacientes con IVC. Sin embargo, debido a la diferencia observada entre técnicas, no se puede establecer una relación directa entre las propiedades del KT y su modo de empleo, por lo que no es posible estandarizar una aplicación idónea.
Los datos indican que no se puede prescribir la utilización aislada del KT en la IVC porque los cambios más significativos se observan cuando se combina con medias de compresión.
Puesto que la información obtenida es escasa y contradictoria, se requieren futuras investigaciones sobre los efectos del KT en la IVC, tanto a corto como a largo plazo. En este momento, la aplicación de KT de forma aislada no tiene suficiente respaldo científico, aunque de forma complementaria podría valorarse como coadyuvante debido a que se obtienen resultados positivos sobre la sintomatología, sin efectos adversos notificados y con bajo coste.