INTRODUCCIÓN
En el mundo hay 962 millones de individuos que sobrepasan los 60 años, y para el 2050 se proyecta un crecimiento sostenido que puede llegar a los 1.200 millones. En México, en 2015 se contaba con 10 millones de adultos mayores, y se espera una cifra de 20,4 millones para el 20301 2 3-4.
El aumento sostenido del crecimiento de la población de adultos mayores es el reflejo de los grandes avances que ha tenido la sociedad en las últimas décadas, gracias a la mejora de las condiciones de vida y los avances tecnológicos y sociosanitarios que han colaborado al descenso de la mortalidad, lo que ha llevado a un alargamiento de la esperanza de vida1,5,6.
Pero estos logros llevan a enfrentar diversos retos orientados principalmente a la búsqueda de la mejora de las condiciones de vida de esta población, para asegurar su salud y una elevada calidad vida. Por tal motivo, la investigación en esta comunidad está desarrollando un gran interés, donde podemos encontrar aquellas orientadas a comprender y profundizar qué es envejecer7,8.
Los estudios sobre la vejez y el envejecimiento deben ser abordados desde diferentes perspectivas, debido a las características heterogéneas de este proceso, en donde no solo intervienen aspectos biológicos, sino que también existen connotaciones psicológicas y sociales que llevan a ser influenciado por aspectos como, el sexo, la raza, el entorno y la red social, la condición laboral, la autopercepción y el autoconcepto, entre otros7 8 9-10.
Desde este punto es relevante mencionar que, según Meléndez, “resulta muy acertado que en algunos estudios se señale que el problema no es la edad, sino lo que la gente hace con ella”11. Por lo tanto, resulta primordial explorar el envejecimiento desde las representaciones del propio adulto mayor, bajo metodologías de tipo cualitativas o mixtas que ayuden a visualizar y alcanzar su entendimiento.
Bajo ese contexto, el objetivo de este trabajo de revisión va orientado a concretar los diferentes procesos referentes a la forma de envejecer, explorando y analizando los estudios orientados a la vejez y envejecimiento desde la visión y perspectiva del propio adulto mayor, explorando sus significados, experiencias de vida y percepciones desde los diferentes aspectos que envuelven esta etapa de la vida.
OBJETIVO
Analizar las publicaciones orientadas a los significados que atribuye el adulto mayor al envejecimiento y vejez.
METODOLOGÍA
La revisión fue realizada basándose en la literatura científica de diversas bases de datos y en ecuaciones de búsqueda; las bases de datos que se consultaron fueron APS physics, EBSCO, Elsevier, Scopus y Wiley; en las ecuaciones de búsqueda se utilizaron significados AND percepciones AND vejez AND envejecimiento AND envejecimiento saludable, aclarando que fueron utilizados en sus equivalentes en inglés y portugués. Las búsquedas se realizaron en un periodo que correspondió de agosto de 2008 a noviembre de 2018.
Los criterios de inclusión y exclusión que se tomaron en cuenta fueron estudios publicados durante un periodo de 2008 a 2018 (10 años) de tipo cualitativo y mixto sobre los significados, experiencias de vida y percepciones que tienen los adultos mayores sobre su vejez, envejecimiento y/o envejecimiento saludable, desarrollados en diversos tipos de poblaciones con el objetivo de conocer y profundizar en los diferentes aspectos que envuelven esta etapa de la vida. Las publicaciones excluidas fueron aquellas en las que no se mostraban datos explicativos y demostrativos correspondientes al objetivo de la revisión o que se contemplaran las visiones de otros tipos de individuos.
La selección y lectura crítica se realizó en 5 pasos: primeramente se seleccionaba el artículo según los componentes de su título y resumen, para determinar si contenía los elementos tomados en cuenta en los criterios de búsqueda e inclusión; como segundo paso se realizó la lectura completa del texto; posteriormente se realizó la selección y búsqueda inversa y hacia delante para localizar nuevos artículos no encontrados anteriormente; en la cuarta fase se efectuó la lectura crítica, y como último paso se determinaron los elementos significativos.
Las variables tomadas en cuenta para las recolecciones de datos fueron de cuatro tipos:
Características de las muestras de los estudios.
Metodologías cualitativas y/o mixtas, así como las corrientes teórico-conceptuales en el abordaje cualitativo.
Tipos de técnicas e instrumentos utilizados para la recolección de datos.
Organización y reestructuración de los datos obtenidos, organizados en categorías, subcategorías y/o dimensiones.
RESULTADOS
Se encontraron un total de 265 artículos, llegando a una muestra final de 12 tras aplicar los criterios de inclusión y exclusión, además de haberse encontrado pocos duplicados. Según los criterios de búsqueda e inclusión en los que se basó la búsqueda de los artículos para la revisión, se obtuvieron los resultados que se exponen a continuación.
De los estudios analizados (tabla 1), encontramos que en su mayoría (92%) la metodología es empleada bajo el paradigma cualitativo. Este escenario se da debido a que las investigaciones de interés están orientadas principalmente en la exploración de significados, experiencias de vida, así como las percepciones del adulto mayor sobre su vejez y envejecimiento.
Se observa que el mayor número de investigaciones (42%) se orientaron principalmente en las percepciones del bienestar sobre la vejez12,17,19,21,22, seguidas de tres (25%) en las que su interés se enfocó en los significados y percepciones de la salud física y mental13,16,17. Al final, solo se encontró un estudio (8%) para los significados atribuidos a la vejez23, significados de la vejez con discapacidad14 y a la percepción de abandono y soledad14, respectivamente.
En la mitad de los estudios no se aclara cuáles fueron las corrientes teóricas utilizadas para el abordaje cualitativo del fenómeno de interés. Se encuentran solamente en tres (25%) a la fenomenología15,18,19; de ellos, solo uno menciona a Husserl18) y otro más a Heidengger19 como referente fenomenológico; posteriormente se tiene que dos (17%) trabajaron bajo la etnografía15,20, y la teoría fundamentada15 como el estudio de casos21 se aplicó en solo una investigación.
Para la recolección de datos, la entrevista fue la técnica más utilizada, se hallaron en diez (83%) de los estudios; la entrevista en profundidad es la que encabeza la lista (58%), seguido de la semiestructurada (25%), la de grupo focal (25%), y por último la focalizada (8%). Además, en dos (17%) de los estudios se utilizó la observación e indagación no participativa. Como punto relevante se puede mencionar que en solo cuatro (33%) de las investigaciones se especifica el uso del método fenomenológico hermenéutico.
Para la organización y análisis de los datos, así como su categorización, se utilizaron principalmente las codificaciones abiertas en cinco de los estudios (42%), seguido de cuatro (33%) que se apoyaron en análisis de contenido e interaccionismo simbólico. Además, la triangulación de observadores se encuentra en tres (25%) estudios y en solo uno (8%) se trabajó bajo la codificación axial.
DISCUSIÓN
Durante la revisión, fue evidente el hecho de que existen diferentes maneras para abordar los significados del envejecimiento y la vejez, en las que se encontraron diversas temáticas que se exploraron cualitativamente, siendo el significado de la percepción de bienestar durante la vejez el más destacado entre todos.
Los hallazgos en esos artículos fueron diversos en los que incurren aquellos significados y percepciones positivas; la mayoría de los estudios concuerdan en que los aspectos que tienen mayor significación durante la vejez son los familiares, los recursos sociales disponibles, las redes de amistades, una vida afectiva, estabilidad económica y aspectos religiosos así como espirituales12,17,19,21.
En las expresiones dadas por los adultos mayores, la dinámica familiar es la que identifican con el mayor valor cuando se trata de vivir un envejecimiento satisfactorio12,17,21, destacándose que es vital para afrontar positivamente los aspectos negativos que se enfrentan durante este proceso, por lo que se convierte en un cimiento primordial para mantener y aumentar la autoestima21. También se resalta el gran peso que tiene la integración familiar para facilitar una mayor inclusión en los diversos segmentos de edad, lo que contribuye a que el adulto mayor se sienta parte de un núcleo sociofamiliar, dejando de lado el sentimiento de rechazo19,21,23.
Continuando con el punto anterior, se puede destacar que en las mujeres se encuentra un mayor bienestar dentro del círculo familiar. Esto se justifica por el hecho del rol social dado por influencia cultural como protectora familiar y cuidadora12,17. También es de destacar que en los hallazgos realizados se puede hacer referencia a una teoría psicosocial del envejecimiento, conocida como estratificación por edades propuesta por Riley en 1986, en la que establece cómo cada grupo de edad tiene asignadas actividades, privilegios, derechos y obligaciones impuestas por los roles sociales que desenvuelven, y que deben ser reconocidos y aceptados por cada uno de ellos para facilitar una integración y evitar la división de dichos grupos; por lo tanto, la unificación dentro de un contexto familiar lleva a una relación intergeneracional más frecuente, y ayuda al adulto mayor a no desvincularse de su entorno social19,24.
La religión y la espiritualidad fueron manifestadas como otro elemento importante12,17,19,21, estableciéndose como una práctica fundamental para desarrollar un sentimiento de tranquilidad y estabilidad, al expresarse la gratitud a Dios por los años dados19,23, además de percibir la vejez como una oportunidad dada para seguir existiendo y poder continuar con un crecimiento personal21. El adulto mayor desarrolla una creciente convicción religiosa, razón por la cual la espiritualidad se vuelve un aliciente para enfrentar las problemáticas y dificultades presentes durante los últimos años de vida25,26, principalmente cuando retomamos algunos elementos de su definición, como la existencia y trascendencia de una persona a través de sus creencias y su fe, dándole un significado a su propia vida y existencia26.
Siguiendo con la revisión, se encuentran diálogos en los que se expresa y se revela que en algunas personas no existe una sensación de estar envejeciendo, al definir su propia vejez como una etapa más de vida en la que aún se sienten bien y que les permite adquirir nuevas experiencias19,21,23, aspecto que se puede confrontar con la visión biomédica del envejecimiento, que lo define como decadencia, disminución de vitalidad y necesidad de recursos sociales. Este punto se razona en los estudios a través de las bases filosóficas planteadas, en las que, al considerar a Heidegger, se determina que el individuo vive en una libertad de ser, que lo va a llevar a construir un significado de tener-que-ser un adulto mayor bajo sus propias experiencias y vivencias, más allá de ciertos estándares preconcebidos dados por influencias socioculturales19,23.
Además, se puede añadir que se manifiesta una conciliación positiva con la vejez, al ser visualizada como una nueva oportunidad para ser y hacer lo que se tuvo que aplazar en los años anteriores19,23; en este punto se puede considerar retomar la teoría psicosocial de la actividad propuesta por Neugarten y Hagestad en 1990, en la que se postula que durante la suma de los años se estarán añadiendo oportunidades para el desarrollo de nuevas actividades que contribuirán a dar un mayor sentido a la vejez y un desarrollo de sentimientos gratificantes, favoreciendo una adaptación efectiva a esta última etapa de la vida y, por lo tanto, como resultado, un envejecimiento placentero27.
Pero no solo los significados encontrados en la revisión de los artículos se caracterizaron y destacaron basándose en términos positivos; también se hallaron aspectos negativos14,20,21,23, refiriéndose a la vejez como una etapa cargada de pérdidas de vitalidad y capacidades, donde la salud física y mental es una de las preocupaciones mayormente manifestadas13,16,17.
Los adultos mayores declaran que con el paso del tiempo, los años se sienten; donde “el cuerpo deja de ser lo que era” 20, la vida se vuelve más complicada y difícil, y la calidad de vida se ve mermada poco a poco por la aparición de los cambios del envejecimiento11,21,23. Se llega a describir y detallar un gran temor al abandono y segregación por sus familiares12,14,19,21, debido a las enfermedades que se presentan y que contribuyen a la pérdida de las capacidades físicas y mentales13,16, volviéndose inútiles y dependientes; en resumen, el adulto mayor expresa “el ser viejo es igual a ser inválido” 20.
Otro de los miedos que se señalan de manera notable está orientado a la vulnerabilidad al abuso y al maltrato12,14,21 por el hecho de tener que poner su vida en otras manos cuando se vuelven más débiles, además de la pérdida de identidad y conciencia de su propio ser14,19 20-21; a esto se suma también que la aproximación a la muerte lleva al adulto mayor a vivir serios conflictos existenciales, confusión continua y sufrimiento generado por el desconocimiento de la existencia más allá de la muerte14.
Se puede concretar que el adulto mayor expresa y describe su situación actual en comparación con el pasado, centrando los significados de la vejez solamente en las pérdidas y deterioros característicos del proceso de envejecimiento, visualizándolo solo desde una perspectiva representada en limitaciones y dependencias, provocando que la tristeza y la nostalgia sean las emociones principalmente manifestadas, por la evocación constante de los recuerdos y memorias en las que eran individuos jóvenes y útiles19 20-21.
Por último, no solo las preocupaciones de los cambios que se suscitan son de tipo físico, sino también aquellos que tienen que ver con su desempeño laboral y social, enfrentando las diversas transiciones de sus roles sociales, haciendo más hincapié en aquellas que implican dejar de trabajar y participar activamente en el aporte económico, teniéndose que enfrentar a la jubilación19,20.
En este punto se llegan a encontrar interesantes contrastes, donde los sentimientos de inutilidad están presentes, dados primeramente por el concepto que orienta a visualizar el trabajo como elemento central de la vida, también por el cambio brusco que obstaculiza la adaptación y la disminución de sus lazos sociales12,17,19,20; por otro lado, también se observaron expresiones de liberación para realizar aquello que se anhelaba, pero se tenía que postergar la falta de tiempo por cumplir con el trabajo, despertando el deseo de intensificar las actividades de ocio y recreativas19,21,23.
Haciendo referencia a Harrison y Kahn, señalan que las expresiones dadas por los adultos mayores están marcadas e influenciadas por el contexto cultural y social en que se desenvuelven, estableciendo las percepciones que determinarán los significados que le atribuirán a la vejez20,28, contribuyendo por lo tanto las concepciones subjetivas positivas o negativas que pudieran construir lo que es ser y como ser desde un planteamiento fenomenológico14.
CONCLUSIÓN
Los hallazgos recabados durante la revisión llevaron a la observación de las múltiples y diversas maneras en las que se puede construir el significado de la vejez, basadas en diferentes percepciones, sentimientos y emociones. Esto se traduce en una vivencia muy personal, que a pesar de que se encuentren patrones de pensamiento similares o comunes, no se debe olvidar que la vida es única, en la que cada individuo utilizará sus propias capacidades y recursos para adaptarse a su propio envejecimiento y, por lo tanto, la manera de percibirlo y afrontarlo tendrá connotaciones y significados distintos en cada uno de los adultos mayores.
En este sentido, se hace evidente la necesidad de trabajar en el estudio de la vejez, desde la aproximación de la vivencia, resaltando la subjetividad de cada una de las personas, y en la medida en que este tipo de investigaciones avancen, ayudarán a tener una mayor comprensión del proceso de envejecimiento en sus diversas facetas. Esto contribuirá notablemente a la creación de vínculos fortalecidos entre el profesional de salud y el adulto mayor y, a su vez, a la adquisición de bases y herramientas necesarias para otorgar cuidados de enfermería que respondan a las necesidades particulares de cada uno de los integrantes de esta población.